Mujeres que corren con los lobos

Los lobos fueron pintados con un pincel negro en los cuentos de hadas y hasta el día de hoy asustan a las niñas indefensas. Pero no siempre fueron vistos como criaturas terribles y violentas. En la antigua Grecia y Roma, el animal era el consorte de Artemisa, la cazadora, y amamantaba cariñosamente a los héroes. La analista junguiana Clarissa Pinkola Estés cree que en nuestra sociedad las mujeres están siendo tratadas de manera similar. Al investigar el aplastamiento de la naturaleza instintiva femenina, Clarissa descubrió la clave del sentimiento de impotencia de la mujer moderna. Su libro, Mujeres que corren con los lobos, estuvo en la lista de libros más vendidos en Estados Unidos durante un año. A través de 19 mitos, leyendas y cuentos de hadas, como la historia del patito feo y Barba Azul, Estés muestra cómo la naturaleza instintiva de las mujeres fue domada con el tiempo, en un proceso que castigó a todos aquellos que se rebelaron. Según la analista, al igual que los bosques vírgenes y los animales salvajes, los instintos fueron devastados y los ciclos femeninos naturales fueron transformados a la fuerza en ritmos artificiales para complacer a los demás. Pero su energía vital, según ella, puede recuperarse mediante excavaciones psíquicas y arqueológicas en las ruinas del mundo subterráneo. Hasta el punto en que, emergiendo de las gruesas capas del condicionamiento cultural, aparece el lobo valiente que habita en cada mujer. Un clásico de los estudios sobre lo sagrado femenino y el feminismo, el libro es el primero de una serie de longsellers de Rocco que se publica con un nuevo diseño gráfico y tapa dura.