El vía crucis del cuerpo - por Clarice Lispector

Publicados por primera vez en 1974, los 13 cuentos que componen A via crucis do corpo, de Clarice Lispector, van precedidos de una explicación de la autora. Dice que las historias fueron hechas por encargo y que, contrariamente a sus deseos iniciales, aceptó el encargo por puro impulso. Intentó firmarlo con el seudónimo de Cláudio Lemos, pero acabó sucumbiendo al argumento de que debería tener la libertad de escribir lo que quisiera. Y eso es lo que hizo, en un solo fin de semana. Pero señaló: "Si hay indecencias en las historias, no es culpa mía". No hay nada inmoral en el vía crucis del cuerpo; Se trata, ante todo, de una grieta en la prisión social que mantiene a la mujer –conductora de todas las historias– supuestamente alejada de sus deseos y fantasías. O cargas, como la virginidad. Lo que Clarice hizo fue simplemente describir, de manera ligera y humorística, algunas de estas benditas transgresiones. Pero como en toda su obra, la autora hace espacio para hablar de los sentimientos más profundos y de la sincera idiosincrasia del alma. En "El hombre que apareció", se topa con Cláudio Brito, un gran poeta transformado en basura humana, y relativiza el fracaso: "¿Pero quién puede decir honestamente que ha alcanzado el éxito en la vida? El éxito es mentira". Al comienzo de "Por ahora", Clarice se vuelve cruel: "Como no tenía nada que hacer, fue a armar un escándalo. Y luego se quedó en cero". Continuamente advertir que la vida tiene estas cosas, de vez en cuando no queda nada dentro de nosotros. Pero es bueno prestar atención porque esto sólo sucede mientras vives. El vía crucis del cuerpo, como los demás títulos de Clarice Lispector reeditados por Rocco, recibió un nuevo tratamiento gráfico y pasó por una rigurosa revisión textual, realizada por la especialista en crítica textual Marlene Gomes Mendes, basada en