La ciudad sitiada - por Clarice Lispector
La ciudad sitiada - por Clarice Lispector
Descrição
En 1971, Clarice Lispector dijo al periódico Correio da Manhã que A Cidade Sisitada, de 1949, era su libro más difícil de escribir. Quizás porque, en la historia de Lucrécia Neves, el talento de Clarice llevó a la perfección la paradoja de deshumanizar al máximo a sus personajes para hacerlos visceralmente humanos. La ingenua protagonista Lucrécia, dulcemente carente de razonamiento y/o conciencia, es el alma gemela de Macabéa, de La hora de la estrella. Lucrécia es justo lo que ve: los caballos deambulando por la ciudad natal suburbana de São Geraldo, el cerro de Pasto, el almacén, el sol de la tarde sin viento. Lucrécia era, por tanto, San Gerardo. Su alma, sus emociones eran el aburrimiento de los suburbios. Tenía un vago deseo de casarse y, por eso, salía con el teniente Felipe, cuyo uniforme militar le gustaba, pero a él no le gustaba São Geraldo, por lo que no le gustaría Lucrécia. Salía con Perceu Maria, a quien despreciaba quizá porque estaba asombrado y vacío como ella. Pero ninguno de los dos le pidió que se casara con él y, cuando la agonía del corazón de Lucrécia latía fuera de sintonía con el sueño de la ciudad, soñó con un baile. Un baile con música y baile sería la salvación. Por pura catatonia, Lucrécia se vio obligada a casarse con Mateus Correia, un comerciante rico y mucho mayor, por iniciativa de su madre, Ana, a quien no había ofrecido entusiasmo ni resistencia. Después de la boda, Lucrécia siguió viendo el movimiento del tráfico, la construcción de un viaducto, las arañas tejiendo sus telas y los mosquitos todos los días. Vio a su marido y sus preocupaciones domésticas. ¿Lo amaste? Después de la muerte de Matthew, Lucrécia, menos asediada pero aún no libre, va en busca de un hombre de buen corazón. Pero para ella el amor era difícil. Ella no lo vio y por tanto no sabía qué era el amor. La ciudad sitiada, como los demás títulos de Clarice Lispector reeditados por Rocco, recibió un nuevo tratamiento gráfico y pasó por una rigurosa revisión textual, realizada por la especialista en crítica textual Marlene Gomes Mendes.